La lumbalgia es un dolor que se produce en la zona baja de la espalda, y cuyo origen tiene que ver con la estructura muscular y esquelética que forma la espalda. Este dolor en la zona lumbar (L1-L5) afecta a personas de cualquier edad y sus orígenes pueden ser dos: llevar una vida muy sedentaria o, por el contrario, someter a nuestro cuerpo a un gran esfuerzo físico, que supere la capacidad de nuestros músculos. Un 80% de la población experimenta este dolor lumbar en algún momento de su vida.

Es decir, este dolor aparece debido a un mecanismo neurológico que activa los nervios que transmiten el dolor y que termina desencadenando la contractura muscular y la inflamación. A veces, también se comprime la raíz nerviosa.

Debido al coronavirus, la mayoría de nosotros estamos viviendo nuestras vidas de forma más sedentaria: salimos menos, pasamos mucho tiempo en el sofá, ya no vamos a la oficina y hacemos homeoffice, e incluso hemos dejado de practicar nuestros deportes favoritos para evitar contagios. Esto está también aumentando los dolores de espalda, tanto cervicales como lumbares por eso, desde nuestro centro de rehabilitación y fisioterapia en Málaga queremos ayudarte.

Tipos

Aunque en la actualidad no existe una clasificación específica de la lumbalgia, muchos especialistas distinguen dos categorías:

  • Lumbalgia específica: este tipo incluye todos aquellos diagnósticos de lumbalgia que tienen una causa conocida, que son aproximadamente el 20% de los casos.
  • Lumbalgia inespecífica: supone el 80% restante e incluye todos los casos en los que no se conoce la causa específica que provoca el dolor.

Causas.

Las causas de la lumbalgia pueden ser de origen mecánico, por enfermedades inflamatorias, infecciones o tumores.

  • De origen mecánico

Estas son las más frecuentes. Pueden deberse a una alteración de la estática vertebral, como la escoliosis: contracturas musculares por sobrecarga tensional o mecánica; fracturas debidas a la osteoporosis o traumatismos o problemas y enfermedades degenerativas de huesos como el disco intervertebral o las articulaciones entre las vértebras.

  • Infecciones

Mayoritariamente son infecciones piógenas, aunque también pueden ser tuberculosas y, las menos frecuentes, fúngicas.

  • Tumores

Entre las causas debidas a tumores destacan el mieloma múltiple y las metástasis óseas debidas principalmente a cánceres de mama, próstata, pulmón, riñón, tiroides y digestivos, por ese orden de probabilidad.

Síntomas.

La forma más común en que se manifiesta la lumbalgia es un dolor local o irradiado, así como la inflamación y contractura del músculo.

Según la gravedad se pueden producir alteraciones en la sensibilidad de la zona, como anestesia, hormigueo… Así como alteraciones en el movimiento (dificultad para moverse, levantarse, sentarse y, en casos extremos, parálisis).

Prevención.

La mejor forma de prevenir problemas musculares, entre ellos la lumbalgia, es no llevar una vida sedentaria. Si, debido a nuestro trabajo o casuística personal debemos pasar mucho tiempo sentado, se recomienda el ejercicio moderado. Una buena forma de compensar la falta de movimientos durante nuestro día es realizar ejercicio que nos fortalezca la musculatura de espalda y cuello.

Otra forma de prevención es acudir a un fisioterapeuta para que nos ayude a corregir posibles malos hábitos o posturas.

¿Cómo puede ayudarnos la fisioterapia con el lumbago?

Desde la fisioterapia y nuestra Unidad del Dolor podemos abordar este problema de diversas formas:

  • Ejercicio terapéutico. Esta es la principal herramienta con la que podemos tanto prevenir como tratar la lumbalgia. Los ejercicios mayoritariamente serán estiramientos y de fortalecimiento.
  • La educación del paciente. Aprender en qué posturas podemos sentarnos, levantarnos y coger peso son algunas de las mejores formas de prevenir que el dolor de espalda, tanto lumbar como cervical aparezca, por eso en Clínica Larios contamos con programas de reeducación funcional, donde le enseñamos al paciente como moverse y al músculo a volver a realizar actividades que antes hacía sin problemas.
  • Diversas terapias manuales. Estas técnicas muestran beneficios significativos en cuanto a la reducción del dolor y la mejora de la capacidad funcional del paciente.
  • Otros métodos más invasivos como la punción seca o la electroterapia (termoterapia profunda).

Otras recomendaciones.

Evitar el reposo en la cama.

Se debe evitar el reposo tumbado como tratamiento para el dolor de espalda, ya sea en una cama o en el sofá. Hay estudios que demuestran que esta medida retrasa la recuperación.

Mantenerse tan activo como sea posible.

Se debe mantener el mayor grado de actividad que sea posible. No evites actividades cotidianas que no le sobrecarguen la espalda. Si nos mantenemos inactivos los músculos se agarrotarán aún más y perderemos tono muscular

Higiene postural.

Evita la sobrecarga en la espalda siempre que le sea posible si sabe que sufre de lumbalgia y tampoco descuide su postura. Si debe pasar muchas horas sentado por su trabajo, invierta en una buena silla, o refuerce la zona lumbar con un cojín anatómico. También puede leer este post sobre el dolor de espalda en el teletrabajo, donde ampliamos mucho más esta información.

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Aplica calor o frío.

En muchos pacientes la exposición al calor o al frío alivia el dolor. Aunque no existen estudios concluyentes al respecto, es recomendable tener una manta eléctrica, bolsa de semillas o bolsa de agua que sirva para aplicar calor o frío en la zona dolorosa. En términos generales, el frío se aplica inmediatamente después de la lesión y el calor en la reagudización de las dolencias crónicas.

Si quieres que te veamos y valoremos tu caso, puedes pedirnos cita a través de la web o concertar una cita online con uno de nuestros especialistas.